I imagined people at breakfast, people who know each other intimately, probably a husband and a wife, speaking in unfinished sentences, in grunts, in coughs, as people do, particularly at that time of day. And I wondered what it would be like to sit down at that kind of dialogue, in which sentences are rarely completed and thoughts are rarely followed up and one person is not really listening closely to another. That’s all I had. And that’s when I began writing - Don Delillo
Saturday, 30 April 2011
GIGANTES Y BARRAS DE LABIOS
Escritura de cemento solo rasgada por lágrima de mar disecada. El abrazo restringido y el deseo invertebrado. Ella es de seda y pupitre. Marion habla y su lengua es matriz de almíbar. Los porteadores deambulan a lo largo de un límite de segundos. Termostatos variables y maquinas de hacer pan sucumben al calendario sin asas, al preludio de café y botella de agua, a la trompeta monolítica, al caballero condecorado, a los pasos perdidos. Como si existiera un maná carcomido, se suman números centígrados atrapados en libreta de cuadros. Rondallas y gigantes y barras de labios. Nadie dijo que aquello marchitaría tan pronto. Los sonidos del puerto, las bases del templo, el futuro azucarado. Sin embargo un chasis y sin embargo ese sabor a óxido de prima lejana. El hecho de que no se quiera tender la ropa al sol es inversamente proporcional a la brisa despoblada. Mire usted señor conde, mire usted cuanta gangrena
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