Friday 6 February 2015

Las señoras hablan en Titanlux, en Pal-color, hablan en Sony Black Trinitron

Las señoras han pedido y las han atendido divinamente. Las dos ponen los codos encima de la mesa y se yerguen y se echan para delante y se ponen más tiesas que una vela. A las señoras da gusto verlas hablar, da gusto ver el porte que tienen las dos. Las señoras hablan como arremangándose la boca, con palabras dichas con precisión, con economía victoriana, con sílabas que no llevan ni una mota de polvo. Hablan en Titanlux, en Palcolor, hablan en Sony Black Trinitron. Las señoras hablan sin llamar la atención pero sabiendo de sobras que están llamando la atención. Las señoras son más chulas que las pesetas. La que está buena ha dicho que las uvas las compra con pepitas porque si no, no es lo mismo. Paco y yo la imaginamos escupiendo dulcemente una pepita a cámara lenta.
“Otra posibilidad sería cambiarnos los nombres. Si se hace el reality de Crímenes lo mismo haría falta cambiarnos los nombres por aquello de preservar la intimidad”
“Pero qué intimidad. ¿Qué intimidad? ¡Qué intimidad ni qué cojones!”
A Paco le hace gracia cuando pierdo la compostura. Crímenes Ortega protagonizado por Lucho Casamián, Perico San Román y Lucía Gálvez. No me jodas. No me joda usted.
“¿Sabes lo que estaría bien? Darle un toque cómico para quitar hierro al asunto”
“Eso habría que preguntárselo a Seth. Eso hay que pasarlo por Seth para que lo procese y dé su opinión y lo ponga a votación en el consejo de administración, en el board room donde los senior partners hacen lobbies y ea-ea-ea-los-chicos-se-pelean”
¿Me explicaba? No me iba a explicar. Tanto café tanto café. Un camarero había salido a recoger vasos y tazas de las mesas que momentáneamente quedaban huérfanas de clientes que se levantaban porque ya valía o porque El Corte Inglés o la cita con el odontólogo.
“Lo que no permitiré será que me pongan maquillaje. A mi mariconadas las menos. Que no me vengan con que en televisión esto y lo otro”
“Creo que te dirán que no te pongas nada rojo. O que no te pongas nada amarillo, o naranja. No me acuerdo. Según que ropa no queda bien. Ya le preguntaré a Ana” Ana sabía de estas cosas. Ana sabía mucho de detalles de esos que a la gente corriente se nos escapan.
“¿Ana es tu jefa esa?”
“No necesariamente”
Lo de darle un toque cómico pasaba. Lo de cambiarse los nombres dónde iba a parar. Un reality con nombres cambiados sería algo así como un documental de ficción. Habría que remontarse a los hermanos Cohen, le digo justo cuando no me atiende por estar mirando el móvil. Una llamada perdida. No reconoce el número y se queja. Se queja de la manía que tienen algunos… en fin.
La intro del reality, la portada, el cover que lo llaman en América y a cuento de darle un toque cómico al asunto, se podría hacer años setenta, Starsky Hutch. Se podría hacer una intro donde uno por uno se presente a los protagonistas con imágenes grabadas del show, con música de fondo, imágenes donde el protagonista aparece contestando una llamada de teléfono, donde sale en medio de una discusión, en mitad de un asesinato, donde aparece pensativo en un sillón, y a la vez poner en letras el nombre y el apellido como en la intro de Falcon Crest, Lorenzo Lamas, Jame Wyman as Angela Channing, y justo al final el personaje mira a la cámara y sonríe dando fe de que es Paco Ortega tal y como pone en las letras, dando la bienvenida y las gracias por ver el show.
“¿Qué te parece?”
“Me parece que la que no está tan buena casi me da más morbo que la que está buena”
Hay un cierto tic tac en la manera de ser de Paco Ortega. Hay un no saber bien qué es eso que hace a Paco Ortega tan singular. No es del montón, eso se ve a primeras. Un hombre con otro ángulo, con cierta provocación plástica. Paco tiene una especie de sube y baja en la manera de hablar y de ser, la forma con la que se echa la mano al bolsillo de la camisa y se palpa el pecho. Un tic nervioso que sirve para comprobar que la cartera o el tabaco siguen ahí. A mí me viene a la mente Beatriz otra vez. Beatriz y las cabezas de gamba y esa forma que tenía de explicarme las cosas que tan poco me importaban. Beatriz quien a esas horas andaría por las calles de Lavapiés o en algún bar o en casa de alguna amiga. Beatriz se sentaba con las piernas cruzadas encima de los sillones.
“La Francisquilla se tendrá que hacer la permanente pa salir en la tele, ¿eh? ¡Ja!”
Crímenes Ortega en formato prime time. Crímenes Ortega en tandas de doce minutos separadas por fragmentos de anuncios donde un niño bebe zumo de piña Granini seguido de una pareja que acude a una clínica de fertilización in-vitro (Clínicas Somier) porque nunca es tarde en la vida. Crímenes Ortega y ese toque kitsch del que Paco, sin saberlo, se siente orgulloso. Un tal Eduardo Ferrando que llama de Cartagena para votar para que sea Alba quien mate a Fernando y no Antonio. Eduardo Ferrando que habla con cierto deje cansino, sabelotodo, y que opina que Alba mata mucho mejor que Antonio o por lo menos de manera más bonita.
“Haría falta filtrar las llamadas”
“¿Pa ver qué intenciones traen?”
“Contratar estudiantes, becarios, gente que casi no cobre y que filtren las llamadas”
“Por si las moscas”
“Solo se meterán llamadas que vendan. ¿Me explico?”
Iba a hacer falta una peluquería para las mujeres. Entrevistas. ¿Se darían entrevistas? Salir en un suplemento dominical. El careto de Paco y la gracia de Francisquilla. Fotomontajes. Photoshop, photoeditor. ¿Foto qué? Los dedos de Paco Ortega sujetando un Winston medio consumido. Acercar el objetivo al medio centímetro de ceniza que cuelga. Desenfocarle el rostro a Francisquilla para enfocar lo que sale detrás, el paisaje, el contexto, la ribera del Ebro, los chopos puntiagudos en invierno, la maraña de nubes que se lleva el Moncayo, la pre-cocción del ambiente, la luz amarillenta, el eco, el frío que hace en los pueblos. La foto de un revólver Smith & Wesson 986 sobre un fondo negro en la portada de una revista. Debajo, en letras blancas, las palabras de Paco Ortega: “Ya casi nunca matamos con pistolas”. Ya casi no se mata con pistolas, ni con revólveres, ni con escopetas. ¿Qué fue de las escopetas? Las de toda la vida. Winchester, Colt, Sharp.
“El avión de 2012 era un Antonov 225, el avión más grande del mundo. 84 metros de largo, 88 de ancho contando las alas. ¿Qué? ¿Eh? Más ancho que alto. ¿Sabes quién sabe de aviones? Javier, el técnico. El que nos firma las actas. El que da luz verde al negocio. An-to-nov 225. El avión más grande del mundo. Javier se cogió una vez un avión a Inglaterra, a Londres, y luego se fue en tren a Manchester porque un Antonov 225 iba a hacer escala allí. Con eso te digo todo”