Friday 30 November 2012

El Alzheimer del Dictador

Salchichas de Pollo es una entidad muy a favor de libros como Los Detectives Salvajes de Bolaño y de sitios con playa y bar de menú. Luego está la historia del dictador sudamericano que sufre de Alzheimer y se levanta temprano, acude a su oficina presidencial, se extraña de que no haya nadie alrededor, su secretario no está, no hay rastro de la corte que le acompaña cada día. Se levanta de la cama palaciega y se extraña de que no haya nadie que le ofrezca desayuno y periódico. Todavía con el batín puesto se va a su despacho. Se sienta en la mesa y enciende el ordenador. No hay correo que abrir. Nadie le trae informes. El palacio está mudo. Se extraña ante tanto silencio pero decide empezar el día como si fuera cualquier otro. No es domingo y sin embargo no aparece ni dios. Abre varios archivos y repasa los últimos decretos. Lee los minutos de las últimas reuniones. Necesita un café pero no hay nadie a quien pedírselo. El palacio presidencial está mudo, no se oye un alma. Poco a poco un murmullo nace. Se escuchan ruidos y exclamaciones. Abre la puerta y descubre que el sonido no proviene de palacio sino desde fuera. Se acerca a la ventana. Una multitud se mueve en la plaza. Gente con disfraces baila en la calle. Hay bandas de música y exclamaciones festivas. El dictador llama por teléfono a su secretario quien contesta desde su casa. Le pregunta qué demonios está pasando. El secretario le dice que es día de fiesta. Su alteza, señor presidente, lo decretó ayer mismo. El presidente dice que él no decretó ninguna fiesta y que es necesario imponer el orden y disolver la fiesta. El secretario le dice que es demasiado tarde pues la nación entera sabe que hoy es fiesta nacional pues fue decretada por el señor presidente ayer mismo. Su alteza lo anunció en televisión. El presidente niega haber decretado nada y ordena al ejército y policía disolver de inmediato las celebraciones. Cientos de civiles mueren aplastados por la represión

Friday 16 November 2012

DICTADOR CON ALZHEIMER

Donde un poderoso dictador se empieza a olvidar de las órdenes que acaba de dar. Había dicho que hacía falta invadir el país vecino, que hasta ahí podían llegar, que aquellos hijos de puta, que el orgullo nacional, que había llegado la hora de la verdad, que quien buscaba terminaba encontrando. Había impartido órdenes de que primero la infantería y luego la aviación y posteriormente la armada. Había exigido también que le mandaran el barbero porque las puntas del bigote le hacían cosquillas. Había pedido dos o tres concubinas. Había exigido que durante media hora nadie le molestara. Un poco más tarde le habían llamado porque la invasión no estaba resultando exitosa y hacía falta un plan de retirada. Le habían rogado, por favor, que admitiese la derrota y autorizase la retirada. El dictador preguntó que de qué retirada le estaban hablando. De qué invasión. De qué carajo. De qué coño le estaban hablando

EL MATRIMONIO ETCETERA

De donde se obliga a dos personas a casarse para estudiar respuestas a diversos estímulos y poder aplicar cierto tipo de medicamentos. Se les obliga a casarse y se les administra, cada cuatro horas, pastillas que agrandan la dependencia y el desasosiego, que fuerzan según qué tipo de carencias en la relación. Luego a las dos de la tarde uno levanta la voz y el otro necesita zanjar una conversación a base de gritos afirmativos y gestos (con la mano) tajantes. Luego se van a la cama y se les da pastillas para que no sólo compartan sábanas y población sino también desvarío y verticalidad. Por las mañanas se les da zumo de naranja y rosquillas de anís y luego se les entrega un manuscrito en el que se describe lo que será de ellos dentro de cinco años. Ella dice que echa de menos a sus padres no como tales sino la simplicidad de los ocho años y lo sencillo que resultaba entonces emocionarse, la tarta de galletas, los dobladillos en la ropa, los zapatos de charol, la procesión, la ropa de domingo, Carlos que la miraba de reojo desde el banco de los chicos

SE ALQUILAN MUERTOS Y SIN EMBARGO

De donde se alquila un muerto, se hacen pasar por hermanos, necesitan ayuda, usan la ayuda para robar, no se roba cualquier cosa, se roba un aparato nuclear, se necesita cruzar al país vecino porque en el país propio resulta más difícil alquilar muertos. Se habla de la niñez de cada uno. Se habla de que a uno de los dos, sus padres le despertaban a las 4 de la mañana porque hacía falta tomarse una pastilla. Para despertarle le decían que se iban a la playa porque por aquel entonces cuando se viajaba a la playa hacía falta levantarse a escasas horas de la madrugada ya que por aquel entonces las carreteras no eran lo que son hoy y hacía falta madrugar una barbaridad. Se trataba de alquilar muertos porque la vida se pagaba cara y estar muerto salía barato sobre todo si las deudas de juego superaban la realidad. Se alquilaban muertos porque se había robado un aparato nuclear que en según qué países se pagaba a precio de oro y luego estaba que servía para disolver objetos perdidos, sabanas de una herencia, la dote que un padre pagó en su día, una llave de un cajón que nunca cerraba bien del todo, la almohadilla de un sofá orejero, un recibo del gas, un jarrón donde poner margaritas recién cogidas, besos que venían con pan tumaca y aceite de oliva extra virgen