Saturday 14 May 2011

YA NO LLUEVE EN HELSINKI

Tenía sequía en las venas. Ya no llueve en Helsinki de la manera que llovía antes. No un antes de la guerra sino antes de ayer, suceso previo a la cascada, andamio de orilla y cemento. Tampoco era por decir que no, era más que nada un salvoconducto, un pasillo de atardeceres, un preludio de segundo, segmento temporal, visto de frente, sin perspectiva, sin tercera dimensión como si de una tortilla de un huevo se tratara. Tampoco hacía falta entender tanto. Se perseguía la idea general, aquello que hacía bulto, menospreciando detalles y objetos menores como la bolsa de plástico y el peine rojo. Descosiendo los días impares, los años bisiestos. Lloraba porque la cebolla y no porque la muerte. Salvando balas para por si acaso, más tarde, hiciera falta recoger la ropa tendida ante tanto andar en paños menores, ante tanto precipicio mensual, tanta sonrisa decomisada. Si por lo menos hubiera un principio, un estado de ánimo anterior, un mapa del lugar más recóndito de tus senos, allí donde la fusión nuclear convive con vistas al mar y patios de vecinos, allí donde las dan las toman y se reparten naufragios y visitas guiadas al médico y flores de sal y pan con pan y vino tinto. Allí donde la nada convivía con el mar muerto

2 comments:

Pepe said...

Eres un crack y una suerte. Es un placer leerle. Sigue....

Anonymous said...

Gracias Pepe! Con 4 anyos de retraso!!!!