I imagined people at breakfast, people who know each other intimately, probably a husband and a wife, speaking in unfinished sentences, in grunts, in coughs, as people do, particularly at that time of day. And I wondered what it would be like to sit down at that kind of dialogue, in which sentences are rarely completed and thoughts are rarely followed up and one person is not really listening closely to another. That’s all I had. And that’s when I began writing - Don Delillo
Tuesday 1 November 2011
CAPITULO 10
La dejadez insospechada que barruntaba detrás de sus ojos, la escasez de adrenalina en sus peticiones de sexo sin dolor cuando el otoño apogeaba en el mes de octubre. A Carla le gustaba dejar la ventana del dormitorio abierta, le gustaba pasar frío en la cama. Martin había desarrollado un gusto por agarrar objetos que habían sido apretados recientemente por la mano de Carla y que todavía conservaban parte del calor humano que ésta les había transferido. Le gustaba coger las llaves del piso una vez que Carla había abierto la puerta y las había dejado en el estante de la entrada. Sin que ella se diese cuenta, volvía al pasillo y se acercaba hasta el jarrón donde las llaves habían sido depositadas. Las cogía y se las llevaba a la cara en busca de tiempo perdido
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment