I imagined people at breakfast, people who know each other intimately, probably a husband and a wife, speaking in unfinished sentences, in grunts, in coughs, as people do, particularly at that time of day. And I wondered what it would be like to sit down at that kind of dialogue, in which sentences are rarely completed and thoughts are rarely followed up and one person is not really listening closely to another. That’s all I had. And that’s when I began writing - Don Delillo
Friday 14 October 2011
BEIRUT (THE BAND)
El grupo se llama Beirut, la canción; The Rip Tide. Sentado en una de las mesas de la parte de atrás del Café Beyoglu, Murray divisa a Zach Condon cantar y tocar el metal de viento, el espasmo de charanga, todo demasiado compacto, demasiado música de final de algo, música que uno espera escuchar junto a las letras de crédito que suben hacia arriba tan deprisa que es imposible leer el nombre del segundo ayudante de realización. Parece una charanga culta y deprimida, un balanceo de alta mar, una escasez de esperanza. Dulce y mortal se le aparece aquel sonido a Murray. El paquete de cigarrillos turcos hace juego con la ginebra a palo seco y con las manchas de sudor en la parte interior del cuello de la camisa. Lo mismo la barba dura y seca, los granos de tanto sudar, la faja, el bombín, el rayo cósmico de la ultima puta y la ultima raya de cocaína, la honda profundidad en los bolsillos del pantalón de tela, el agujero extra hecho con bisturí en el cinturón de cuero marrón, antaño marrón, las similitudes de Murray y el paisaje, la música apocalíptica de Beirut, The Rip Tide, música para entierros de mariachis, sonido de pescuezo, melodía de cero, ni rojo ni negro
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